El niño
encantado.
Érase una vez un niño que murió con siete años. Sus padres no
asumieron su fallecimiento, así que compraron un muñeco de porcelana y lo
trataron como si fuese su hijo. En la mansión donde habitaban sucedían cosas
extrañas por la noche. Los padres como ya estaban mayores contrataron a una
niñera para que cuidara a su peculiar hijo. Al llegar, la niñera le ocurrió
unas cosas muy raras. Ellos se fueron de viaje, y la niñera se quedó sola
en la mansión a cargo de él. La primera noche que escuchó ruidos extraños, se
levantó y vio que el muñeco se había cambiado de posición. Allí no había nadie,
así que encontró un teléfono y llamó a la amiga para contarle lo que
estaba sucediendo. Esta se sorprendió al escucharlo, ella decía que si hubiera
estado allí se habría ido. Como no había tiendas, un hombre le acercaba
la compra. Este estaba al tanto de lo que sucedía.
La
historia trata de que el hijo lo atropelló un coche saliendo del
colegio. El repartidor que traía la comida
invitó a la niñera dar un paseo. La muchacha entró a su
habitación para arreglarse y sin que ella se lo esperase desapareció su vestido
y su collar. Como escuchaba ruidos extraños que procedían del desván, subió y
allí encontró sus cosas pero cuando iba a bajar se cerró la puerta. Estaba
oscuro y pasó la hora de su cita. El llegó y cuando la joven lo
vio se puso a llamarlo a voces para que le abriese la puerta. Finalmente, el
hombre no escuchaba y no se enteró que la mujer, estaba encerrada allí. Ella
nunca pudo salir de allí.